El día jueves 07 de abril de 2016, después de días de postergar la
visita por distintos motivos, pude llegar hasta el corralón de Don
Elías a pedir su permiso para la realización de este blog.
Llegando, me atiende Alicia, su hija, quien al preguntarle por Don
Elías y tras corroborar que se encontraba ahí, me hace pasar a su
oficina donde me encuentro con él que venía saliendo. Le pido me
regale unos minutos y muy gustoso toma su lugar en el escritorio para
escucharme.
No necesité presentarme, dado que su prestigiosa memoria le permitió
reconocerme. Le comenté el motivo de mi visita y le mostré algunos
borradores que había preparado para mi blog. Debo confesar que los
nervios me acompañaban, y no por no conocerlo o no haber tenido
oportunidad de estar cerca suyo, sino por el sólo hecho de la
admiración hacia su persona.
Como siempre su gentileza estuvo presente y preguntó por mis padres
y mis hermanos. Lamentando no haber podido contar con el testimonio
de mi mamá para la realización de un libro sobre la historia de Río
Chico, el pueblo donde ella nació y creció.
Después de contarle un poco mi intensión con este proyecto me
apuntó algunos detalles a agregar, como su larga participación en
la política. Por eso quiero mencionar algunos de los grandes logros
producto de su gestión y que han sido de mucha importancia para
Ingeniero Jacobacci, como la creación del Gimnasio Municipal, la
Escuela N° 17, la Guardería Infantil, la pavimentación de las
calles, entre otros.
La conversación nos fue llevando y tras preguntar cómo se escribe
mi nombre y apuntarlo en un papel (Yahura) me indicó la real
pronunciación del mismo, ya que es de origen libanés. Luego me
contó sobre una princesa libanesa que se casó aquí en Jacobacci
allá por el año 1937. Su nombre era Yahura Elkasen, su marido fue
Juan Ataine, el menor de los hermanos Altaine (también inmigrantes
libaneses) de los cuales Don Elías cuenta en su libro Anécdotas
de un rincón patagónico. “La fiesta duró una semana”
comenta, recordando que, llegando la tardecita, pasaba a bañarse y
se iba con amigos a la cena y baile del casamiento donde tocaba la
orquesta de los polacos, aquellos mismos que estaban trabajando en el
terraplén de la trocha angosta. Lo más gracioso es que pasada la
ceremonia los novios, recién casados se fueron del pueblo y los que
continuaban con las festividades eran los hermanos y cuñados
solterones de los mismos.
Para mi sorpresa después de agradecerle su apoyo y colaboración con
mi proyecto dijo que me regalaría una obra de su autoría, su última
publicación. De su puño y letra en su primer hoja escribió: “Para
Yahura, con mi afecto y los mejores deseos. Abril 2016” y sigue su
firma. Al ver la portada del libro sentí grata emoción. Su título:
Historiando a Río Chico. Sentí como si fuera una señal, una
buena señal... Para todos o mejor dicho para la mayoría de los
adultos, los primeros años de vida son recordados con buenos ojos ya
que la inocencia de la infancia nos permite vivir con felicidad ante
todo. Mi infancia, mis primeros doce años de vida, los viví en Río
Chico.
Finalmente termino mi visita con un beso y un abrazo, contenta y
emocionada. Renovando mi agradecimiento a lo cual él agradece por mi
humilde homenaje y me despide diciéndome que no me de por vencida y
que continúe así, perseverante.
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