jueves, 21 de abril de 2016

VISITA A DON ELÍAS

El día jueves 07 de abril de 2016, después de días de postergar la visita por distintos motivos, pude llegar hasta el corralón de Don Elías a pedir su permiso para la realización de este blog.

Llegando, me atiende Alicia, su hija, quien al preguntarle por Don Elías y tras corroborar que se encontraba ahí, me hace pasar a su oficina donde me encuentro con él que venía saliendo. Le pido me regale unos minutos y muy gustoso toma su lugar en el escritorio para escucharme.

No necesité presentarme, dado que su prestigiosa memoria le permitió reconocerme. Le comenté el motivo de mi visita y le mostré algunos borradores que había preparado para mi blog. Debo confesar que los nervios me acompañaban, y no por no conocerlo o no haber tenido oportunidad de estar cerca suyo, sino por el sólo hecho de la admiración hacia su persona.

Como siempre su gentileza estuvo presente y preguntó por mis padres y mis hermanos. Lamentando no haber podido contar con el testimonio de mi mamá para la realización de un libro sobre la historia de Río Chico, el pueblo donde ella nació y creció.

Después de contarle un poco mi intensión con este proyecto me apuntó algunos detalles a agregar, como su larga participación en la política. Por eso quiero mencionar algunos de los grandes logros producto de su gestión y que han sido de mucha importancia para Ingeniero Jacobacci, como la creación del Gimnasio Municipal, la Escuela N° 17, la Guardería Infantil, la pavimentación de las calles, entre otros.

La conversación nos fue llevando y tras preguntar cómo se escribe mi nombre y apuntarlo en un papel (Yahura) me indicó la real pronunciación del mismo, ya que es de origen libanés. Luego me contó sobre una princesa libanesa que se casó aquí en Jacobacci allá por el año 1937. Su nombre era Yahura Elkasen, su marido fue Juan Ataine, el menor de los hermanos Altaine (también inmigrantes libaneses) de los cuales Don Elías cuenta en su libro Anécdotas de un rincón patagónico. “La fiesta duró una semana” comenta, recordando que, llegando la tardecita, pasaba a bañarse y se iba con amigos a la cena y baile del casamiento donde tocaba la orquesta de los polacos, aquellos mismos que estaban trabajando en el terraplén de la trocha angosta. Lo más gracioso es que pasada la ceremonia los novios, recién casados se fueron del pueblo y los que continuaban con las festividades eran los hermanos y cuñados solterones de los mismos.

Para mi sorpresa después de agradecerle su apoyo y colaboración con mi proyecto dijo que me regalaría una obra de su autoría, su última publicación. De su puño y letra en su primer hoja escribió: “Para Yahura, con mi afecto y los mejores deseos. Abril 2016” y sigue su firma. Al ver la portada del libro sentí grata emoción. Su título: Historiando a Río Chico. Sentí como si fuera una señal, una buena señal... Para todos o mejor dicho para la mayoría de los adultos, los primeros años de vida son recordados con buenos ojos ya que la inocencia de la infancia nos permite vivir con felicidad ante todo. Mi infancia, mis primeros doce años de vida, los viví en Río Chico.


 Finalmente termino mi visita con un beso y un abrazo, contenta y emocionada. Renovando mi agradecimiento a lo cual él agradece por mi humilde homenaje y me despide diciéndome que no me de por vencida y que continúe así, perseverante.

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